El Rotary Club de Florida y otras filiales de rotarios del distrito, con Cáritas, organizaron un almuerzo en el Club Balcarce de Florida el domingo último. Fue a beneficio de La Casita y La Casa del Adolescente, dos iniciativas de la Parroquia Ntra. Señora de la Guardia  que asiste a niños y niñas, desde hace 50 años, por iniciativa del padre Pooli (1922-2015).

La comunidad de Florida apoyó a La Casita y a La Casa del adolescente

Más de 300 comensales, la mayoría de entidades de bien público local, fueron a comer, compraron rifas, compartieron un momento recreativo y le estrecharon la mano a dos programas benéficos que nacieron por iniciativa del recordado cura Leopoldo José Pooli. La Casita, nacida hace 50 años, tras un duro brote de tuberculosis, y la Casa del Adolescente, abierta hace casi 25 años para apoyar a jovencitos/as de la zona.

En La Casita y La Casa del Adolescente, en general, se hace apoyo escolar a contraturno. Pero tienen lugar una serie de actividades conexas como, deportes, artes marciales y educación física, promoción de la música con orquestas infantiles, talleres, festejos de cumpleaños, y visitas educativas.

Ambas iniciativas dependen de la parroquia Ntra. Señora de la Guardia, actualmente a cargo del padre, Santiago Argerich. El almuerzo solidario fue el domingo último. Y, de manera simbólica, también estuvieron el más de un centenar de chicos y chicas que atiende la obra, porque en cada mesa dentro de un sobre estaban sus nombres.

Esto último también el padre Argerich lo hizo notar. “Cada nombre -enfatizó el religioso- es alguien. Deja de ser una cantidad. Queremos que se animen a  llevárselos en el corazón. Y si después eso nos empuja a hacer algo, mejor. Pero  sepamos que ayudamos a chicos con nombre y apellido, con este flor de almuerzo”.   

El Rotary Club de Florida y otras filiales de rotarios locales, Cáritas -cuyos voluntarios oficiaron de servidores- y el Club Balcarce -el lugar de encuentro- organizaron el encuentro. Alberto Expósito, reconocido rotario de Florida, daba la bienvenida en la puerta. Y el padre Santiago recorría las mesas también para saludar y agradecer.

En muchas de las mesas se encontraron referentes y participantes de organizaciones de la sociedad civil local. Solo por citar, la federación de Clubes Convivir; el Centro de Veteranos de Malvinas, los Bomberos Voluntarios; el centro de pacientes oncológicos APOVILO; también la Biblioteca Sudestada; el Centro de las Pluralidades, desde ya los Rotary.  

Entre muchos, estuvieron la historiadora, Cristina Mirabelli; la senadora bonaerense, Sofía Vanelli; el fomentista, Marcelo Carrazana. Además la Defensora del Pueblo local, Celeste Vouilloud. Y Néstor Cruz García, del colectivo de Curas en Opción por Los Pobres, flamante párroco de Ntra. Señora del Carmen, de Olivos, también.

El cantante, Luis Sapia, brilló con su voz e hizo bailar al compás de sus interpretaciones. La artista María del Rosario Estrada entregó un original grabado de gran tamaño para sortear. Y como en un momento graficó Expósito, hubo “mucha gente que no tiene camiseta y aportó con donaciones y su presencia”.

Justamente Expósito, en declaraciones a la prensa local que asistió señalaba que “la necesidad de la institución es mucha. Entonces tomamos la decisión de hacer esta actividad para generar recursos para ayudar. Y además para que se conozca esta obra formidable, a la que de alguna manera, todos podemos ayudar”.

El rotario, un vecino con arraigada experiencia social, explicó: “La Casita, cuando uno dice “tiene 50 años”, sin duda fue el producto de la voluntad y el trabajo de mucha gente -enfatizó- además cercana a uno, porque son del barrio, de Florida. Y la verdad que ese cura (Pooli) con mucha empatía lograba que las voluntades acompañaran”.   

Y volvió a enfatizar: “esa obra 50 años después nos está diciendo: acerquémonos que hace falta”. Expósito valoró el compromiso del Club Balcarce “con el esfuerzo y el acompañamiento de siempre”, la tarea de Cáritas y los voluntarios. “Hubo aportes que ayudaron mucho con lo cual el resultado es más que satisfactorio” evaluó.

El padre Argerich explicó que si con las actividades en La Casita y en La Casa del Adolescente “se crece, se perfecciona y se van haciendo cosas nuevas, es un contexto durísimo para los chicos, las familias y los barrios”. Luego, también valoró el apoyo y el compromiso de los rotary y de la comunidad parroquial.