El ex trabajador de ASTARSA y militante de derechos humanos, Juan Chango Sosa (79), presentó su libro “La Lucha de los Trabajadores de Astarsa-Una experiencia inédita de control obrero” (3Banderas editores, 2023). Hace pocos días Prensa Libre había anunciado la presentación.

ASTARSA a 50 años: ¡Queremos que sea astillero y no matadero!

La obra relata la historia de la toma del Astillero ASTARSA por sus trabajadores, en 1973, para reclamar el control obrero de las condiciones de trabajo, en un gremio donde por cada barco armado morían hasta tres trabajadores, como norma.

El Chango Sosa (79) comenzó a escribir, La Lucha de los Trabajadores de Astarsa (3Banderas editores), con birome en un cuaderno que había encontrado en su casa en la pandemia. También se le habían cruzado papeles, volantes, un bosquejo de la experiencia que comentaban otros tres compañeros que ya no están.  

No necesitaba más. Él había estado allí con ellos, en un rol más que activo. El subtítulo, “Una experiencia inédita de control obrero”, era también algo fuera de toda discusión. Este año que se va, la toma de ASTARSA que derivó en el control obrero de la seguridad del trabajo en la planta de ese astillero de Tigre, cumplió 50 años.

El astillero ASTARSA se cargaba hasta tres obreros por cada barco que construía. Y la patronal de desentendía. Morían y no se hacían cargo. Hasta que en 1973 los trabajadores dijeron basta. Y tras una toma lograron que el control de la seguridad laboral esté a su cargo. En esos tres años de trabajo no volvió a morir un obrero.

La consigna, ¡Queremos que sea astillero y no matadero!, era descriptiva más que exagerada para graficar. Y justamente, relata el chango Sosa, al fallecer un naval como consecuencia de su trabajo en la propia planta -José María Alessio- se desató el reclamo que derivó en la toma de la planta por los trabajadores.

Fueron tres años únicos, de 1973 a 1976. Por eso Sosa en la pandemia se impuso escribir la experiencia. La semana última presentó la obra. Primero en el Centro de la Cooperación, en la CABA. El lugar era pequeño para albergar a todos los interesados en escuchar a Sosa, entonces decidieron hacer otra presentación en Carupá

En la CABA, lo habían acompañaron el abogado de derechos humanos Pablo Llonto; el sindicalista Hugo Yasky -que escribió el prólogo-; y la experta, Victoria Basualdo, investigadora del CONICET y testigo especialista en los juicios de lesa humanidad contra empresarios; que estudió el caso ASTARSA en profundidad.

El viernes último, asimismo, lo presentó en la parroquia Nuestra Señora de Carupá, en Tigre. Un lugar paradigmático. Pues como recordó el párroco, Jorge Marenco, el padre Pancho Soares -asesinado por su compromiso en los `70- acompañó las manifestaciones sociales de aquella época y a los trabajadores de ASTARSA, desde ya.

También estuvieron en esta mesa, Adriana Taboada, de la Comisión Memoria Verdad y Justicia Zona Norte (CMVJ); el experto en seguridad del trabajo, Claudio San Juan. También el secretario de derechos Humanos de la Asociación Judicial Bonaerense AJB San Isidro, Jorge Carrizo. Y el editor de 3Banderas Editores, Luis Fucks.  

A San Juan, Sosa en el libro (pág. 15) le agradece especialmente “por ser el principal estudioso y depositario de la historia de los navales y ofrecer generosamente toda la documentación”.  También reconoce a la CMVJ (pág. 12) por su compromiso y tarea en los juicios de lesa humanidad militares, empresarios y otros cómplices de la dictadura.

Sosa primero recordó que de aquellos trabajadores que lucharon por sus derechos la última dictadura cívico militar secuestró e hizo desaparecer al menos a 38. Los asesinó. Agradeció a la CMVJ; a las y los militantes de derechos humanos presentes; y a los familiares de trabajadores de ASTARSA que acompañaron la presentación.

“El objetivo de este libro -explicó Sosa- es decirles, a la clase trabajadora actual, a los nuevos trabajadores, que sí es posible otra experiencia como la nuestra. Es posible que gestionen sus condiciones de trabajo”. Y reveló que, a 50 años de aquella experiencia, actualmente recién se discute si puede ser mixto -trabajadores/patrones- ese control.

Antes la psicóloga Taboada, respecto al hecho de que efectivamente existe una larga experiencia de luchas laborales en la Argentina como la de ASTARSA,  leyó una rotunda frase del periodista, Rodolfo Walsh: “las clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires”.

La comprometida perita de juicios de lesa humanidad -que incluso actualmente es censurada por victimarios y cómplices de la dictadura- rescató “el protagonismo” y “la experiencia potente” de los trabajadores navales.  Y graficó sobre la lucha de la CMVJ por los derechos humanos: “para nosotros ASTARSA es un relámpago que ilumina”

Para el experto, San Juan -que además es miembro de la Red Euro-Latinoamericana, de Análisis sobre Trabajo y Sindicalismo- “el libro implica un futuro esperanzador (…) es una herramienta valiosa para recuperar el significado de las luchas obreras”: Y evaluó las reivindicaciones laborales de ASTARSA “de avanzada” para los `70.

El judicial Carrizo, por su parte, valoró el libro por el aporte a las experiencias de las y los trabajadores. Enfatizó que “servirá para el debate” en este presente muy difícil y complejo para el mundo del trabajo. Y valoró el compromiso de aquellos trabajadores que no se dejaron encandilar por visiones individualistas o consignas abstractas.

Y otro que consideró el libro como parte de su historia personal, fue el propio editor Fucks, de 3Banderas Editores. Pues si no estrictamente empleado de ASTARSA, en los ´70 Fucks formaba parte del sindicato de contratistas, de ASTARSA. De hecho, el libro, en la pág. `90 explica que tareas hacían y que rol cumplían en el astillero.

Al cierre Sosa reafirmó que la experiencia obrera en el control de seguridad en el trabajo “no había existido nunca” en una empresa. Ni se dio en otra forma en los últimos 50 años. También explicó que la lucha era contra poderosos empresarios dueños, la familia Braun Menéndez, Braun Cantilo, encubiertos en sociedades anónimas. 

“Me honra esta mesa. Estos compañeros. Lo que recuerdan. Y me honran ustedes aquí escuchando”, expresó el Chango Sosa, hacia el final. “Porque de esta forma siento que están honrando la memoria de aquellos compañeros que hoy ya no tenemos. Los mataron, están desaparecidos (…) pero igualmente hemos podido transmitir nuestra experiencia y nuestra lucha”.