La donación de médula ósea, un acto voluntario y altruista que puede salvar vidas.

La médula ósea, un tejido blando y esponjoso situado dentro de algunos huesos grandes como la cadera y el fémur, la sangre y gran parte del sistema inmunitario tienen su origen allí.

Alberga células madre que desempeñan un papel fundamental en la producción de células sanguíneas vitales para el organismo. Las células madre pueden desarrollar más de 200 mil millones de células sanguíneas nuevas por día, incluidos glóbulos rojos que transportan oxígeno al cuerpo, glóbulos blancos que combaten las infecciones y plaquetas que ayudan a la coagulación de la sangre.


Las enfermedades que pueden tratarse con un trasplante de médula ósea abarcan una amplia gama, desde leucemias hasta trastornos genéticos y diversos tipos de cáncer. Este tratamiento puede no solo curar algunas enfermedades, sino también mejorar y prolongar la calidad de vida de los pacientes.

 

¿Quién puede ser donante?

Según datos del Ministerio de Salud Nacional, el 75% de los pacientes no tienen un donante compatible en su familia, lo que subraya la necesidad de expandir el registro de donantes.

Para convertirse en donante de médula ósea, cualquier persona entre 18 y 40 años, que goce de buena salud, pesen más de 50 kilos y no tengan antecedentes de enfermedades cardíacas, hepáticas o infectocontagiosas puede inscribirse donando sangre en los centros habilitados.

Cada voluntario podrá donar una vez por cada extracción y las células donadas se regeneran rápidamente. Al mes de la extracción, la persona ya estará en condiciones de donar nuevamente.


Para más información visite las páginas del INCUCAI: 

Registro Nacional de Donantes de la República Argentina (ReNaDon).

Registro Nacional de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH).