Amor y desamor, qué le ocurre al corazón en estas situaciones.

Mucho se habla de las situaciones de estrés, producto del ritmo de vida actual, que impactan en la salud de las personas. Sin embargo, tanto el amor como su pérdida generan sustancias químicas en el organismo y activan neurotransmisores.

Desde la Federación Argentina de Cardiología (FAC), en el día de los enamorados se destaca la importancia de la construcción de relaciones humanas sanas, verdaderas, amorosas que fomenten la salud cardiovascular.

Al producirse una ruptura o bien alguna pérdida se desata en el organismo un estrés emocional conocido como síndrome del corazón roto. Fue descripto por primera vez en los años 90 en Japón y recibe el nombre de Tako-Tsubo.

Tanto el amor como su pérdida comparten sensaciones en el organismo que producen efectos en el sistema cardiovascular. En el caso del corazón roto, estos sucesos son perjudiciales.

“Amar a una persona nos lleva a un estado que libera hormonas y activa neurotransmisores que favorecen la salud del corazón”, dice la Dra. Silvia Lopresti (MN 116286), cardióloga y miembro de la FAC.

Entre los beneficios se destacan la mejora del flujo sanguíneo. “Esto se debe a que se libera dopamina y oxitocina que ayudan a dilatar los vasos sanguíneos, reducen la presión arterial y mejoran el flujo de la sangre”, dice la Dra. Rosa Ruffa.(MN 52316).

También se produce una reducción del estrés dado que disminuye el cortisol y aumenta la liberación de serotonina que se asocia con el estado de bienestar y la felicidad. Además, en un período corto, se produce una aceleración del ritmo cardíaco manteniendo al corazón activo.

Entendiendo al cuerpo humano como un todo, en donde la salud cardiovascular y socioemocional están relacionadas, desde la FAC se pone el acento en cuidar tanto el cerebro como sus emociones y el corazón.