Por qué cada minuto vale y cuánto tiempo tiene el corazón antes de que el daño sea irreversible.

Se denomina infarto a la necrosis coagulativa por una lesión isquémica de un órgano (muerte de un tejido por falta de sangre y posteriormente oxígeno), generalmente por obstrucción de las arterias que lo irrigan, ya sea por elementos dentro de la luz del vaso.

El infarto es causado debido a la hipertensión, colesterol elevado, tabaquismo, obesidad, sedentarismo, diabetes o edad avanzada, entonces las arterias coronarias se estrechan, impidiendo que el oxígeno llegue al miocardio, que es la parte muscular del corazón. Y al miocardio, no recibir oxígeno, no puede producir energía para contraerse y las células del tejido que no reciben sangre empiezan a morir.

Los infartos pueden producirse en cualquier órgano o músculo, pero los más frecuentes se presentan:

En el corazón (infarto agudo de miocardio).

En el cerebro (accidente vascular encefálico).

En el intestino (infarto intestinal mesentérico).

En el riñón (infarto renal).

En el pulmón (Infarto pulmonar).

Generalmente los infartos se producen por la obstrucción de una arteria (brazos, piernas, intestino, etc.), pero los infartos pulmonares pueden ser de origen venoso.

Los infartos de miocardio se producen en cualquier parte pero son más frecuentes en la parte izquierda, por ser ésta la de mayor espesor miocardial y trabajo físico.

En caso de infarto, el tiempo es determinante: cada minuto sin atención aumenta el daño al corazón y reduce las chances de recuperación. ¿Cuánto tiempo hay para actuar?

Lo primero es saber reconocer los síntomas de infarto y pedir ayuda sin demora, en los primeros minutos, sin esperar que el malestar pase por su cuenta. El dolor en el pecho es el síntoma más conocido, pero no el único: molestias en el brazo, la mandíbula o la espalda, fatiga inusual, náuseas y dificultad para respirar también pueden ser señales de alerta, indicativos de un infarto en curso.

Los tiempos en juego

En el tratamiento del infarto, la atención médica inmediata es clave. Existen parámetros internacionales que establecen los tiempos para cada etapa en pos de minimizar el daño cardíaco y mejorar las probabilidades de una recuperación sin secuelas:

● Llamado a emergencias: debe hacerse ni bien se detectan los primeros síntomas, no aguardar que el malestar pase por sí solo.

● Llegada de ambulancia y servicios de urgencia: deben llegar al paciente y comenzar el tratamiento inicial dentro de los primeros 10 minutos de haber recibido la llamada, y trasladarlo al centro médico más cercano.

● Ya en el hospital, si la institución tiene capacidad para realizar angioplastias (procedimiento para destapar la arteria), esta debe realizarse en los primeros 60 minutos de ingresar al paciente, un estándar que se conoce como “tiempo puerta-balón”.

● En centros médicos sin esta capacidad, se aplican medicamentos para disolver el coágulo (fibrinolíticos) dentro de los primeros 30 minutos, un período llamado “tiempo puerta-aguja”.

● Al respecto, cabe aclarar que si bien los fibrinolíticos son un buen tratamiento para el infarto, el más eficaz y seguro para destapar la arteria coronaria es la angioplastia.

Vale recordar que la mejor estrategia para reducir el impacto de las enfermedades cardíacas sigue siendo la prevención: controles médicos periódicos que permitan detectar y tratar factores de riesgo como la hipertensión y el colesterol alto, una alimentación equilibrada, ejercicio regular, control del peso y evitar el tabaco son algunos pilares fundamentales para el cuidado de la salud cardiovascular.