Conclusiones del Centro de estudios políticos argentinos (CEPA). Tendencia y desafíos actuales.

* Fuerte contracción del mercado interno. En agosto de 2025, el volumen total de vino despachado cayó 17,1% interanual, mientras que el consumo per cápita retrocedió 18,3% respecto de agosto de 2024.

* El consumo per cápita se redujo 18,3% interanual en agosto de 2025, reflejando el impacto de la recesión, la pérdida del poder adquisitivo y el encarecimiento del financiamiento.

* Caída de las exportaciones. Entre enero y agosto de 2025 las exportaciones de vinos y mostos disminuyeron 8,4% interanual, asociado al atraso cambiario, los elevados costos logísticos y productivos y el encarecimiento relativo de los precios locales en dólares.

* Aumento de las importaciones. En 2024 crecieron 415% interanual, alcanzando 45.971 hectolitros, con predominio del vino a granel de Chile.

* Entre 2015 y 2024, Mendoza perdió 16.864 hectáreas de vid (10,6%) y 1.576 viñedos, principalmente de pequeña escala. El 7,4% de los establecimientos más grandes concentra hoy casi la mitad de la superficie cultivada, lo que evidencia una fuerte concentración productiva y el retroceso de los pequeños productores.

* La elaboración y fraccionamiento de vino se concentran en un número reducido de bodegas, mientras los productores más chicos enfrentan crecientes dificultades para sostener su actividad.

* Desafío de recomponer demanda y rentabilidad. La recuperación del sector requiere mejorar los ingresos reales, garantizar financiamiento accesible y sostener un tipo de cambio competitivo. Políticas activas que aseguren precios de referencia y rentabilidad mínima resultan claves para preservar el entramado productivo y el empleo asociado a la vitivinicultura.